mal de ojo

Revista Número 20

Victoria Ramírez

DE “MAGNOLIOS”

mal de ojo

no se saben las causas exactas 
pero el cuerpo se deteriora rápido
dedos índices dejan de ser propios
sacos de trigo saben a fardo
bosques tupidos aparecen en la llanura
noches marcadas con tiza en que los bueyes
pesan lo mismo que las garzas 
y los niños aparecen o se esfuman
mientras vecinos ven en el flujo del río
los signos de un carnero que deambula
con la punta de los cuernos como un faro
y los dorsos se les llenan de mordiscos 
pústulas caen de las sienes a la espalda

más tarde surte efecto el malestar 
se concreta la venta del terreno
se bendice el plano de las casas

magnolios

la mitad de los quemados de la posta central
se han quemado a sí mismos
con bencina o con alcohol
se han fosforeado
desde la ventana que da hacia portugal
se pueden ver los magnolios 
allá adentro las vendas resplandecen 
como lámparas de sal

me pregunto a dónde va 
la otra mitad de los quemados
si acaso comentan el origen del fuego
o esas mujeres que fueron bellas
se tocan la cara y piensan en sus maridos
y si se sientan en torno a una hoguera
abrazadas como una tribu volcánica
les sienta bien el alivio de la sobrevivencia

para ellas las llamas han suturado las costuras
y caminan como santas averiadas 
para que las reciban en el cielo

si todos pudiéramos revertirnos
volver visibles nuestras grietas
correría el agua a través de nosotros
nuestras hendiduras nos impedirían mentir

entonces si me afirman que la mitad 
de los quemados de la posta central
son un porcentaje a lo bonzo

puedo mirar sus magulladuras
desear sentirlas como se supone que se sienten
sulfurarme como se supone que debo sulfurarme

observar los magnolios y fumarme las colillas
juntar los encendedores que dejan en mi casa 
como trofeos o estatuas milenarias
rendir en cada chispazo homenajes modestos
tener altares como ofrendas colgando de las paredes
oír con tristeza los anuncios de la radio
los pequeños incendios propagándose
besarme con chicos que echan de menos a otros chicos 
todo eso un alivio tierno
porque así son todos los alivios

mirar por la ventana y ver a los magnolios
saber que ya es época de magnolios
que hay justicia en que una flor salga de un árbol
que los árboles dan flores y semillas al mismo tiempo 
todo eso pensando en la sala de los quemados 
en esa blancura triste como astillas de cuarzo
estalactitas en mi espina dorsal 
y la mitad de los quemados por voluntad propia

DE “TEORÍA DEL POLEN”

Bajo la mirada aristotélica las plantas fueron casi objetos, estantes o cuadros salpicados de alma vegetativa. Pero al adentrarse en las semillas de rosas, tulipanes y hortensias fue posible ver los efectos en la fibra humana y la manera en que la carne blanda de la planta se volvió diente y quijada. Entonces fue difícil olvidar la firmeza de un ciprés y la eficacia con que robles, olmos, cedros y nogales resistieron cien frutos colgando.
Como si el alma fuera eso: un aroma prensado y endurecido por el tiempo.

Victoria Ramírez (Santiago, 1991) ha publicado los libros de poemas Magnolios (Overol, 2019) y Teoría del polen (Provincianos, 2021). Entre sus reconocimientos, cabe destacar los premios Roberto Bolaño y Juegos Literarios Gabriela Mistral, además del premio Mejores Obras Literarias en la categoría de poesía inédita, que ha obtenido en dos ocasiones y que entrega el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en Chile. Fue becaria de la Fundación Pablo Neruda y de la residencia MacDowell en Estados Unidos, y parte del colectivo Frank Ocean de traducción poética. 

Próximamente Victoria Ramírez será editada por https://www.saltaelpez.com

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